Fernando VI (1746 - 1759)
Fernando VI, el Prudente, nació el 23 de septiembre de 1713 en Madrid, tercer hijo de Felipe V y de su primera esposa María Luisa Gabriela de Saboya.
Fue jurado príncipe de Asturias en 1724. Cinco años más tarde se casó con Bárbara de Braganza, hija de Juan V de Portugal y de la archiduquesa Mariana de Austria.
En 1746 heredó el trono español a la muerte de su padre. Fernando no era un hombre de gran talento, pero tenía las cualidades necesarias para ser un buen monarca: rectitud de carácter, sentido de la dignidad y saber escoger a sus colaboradores. Destacaron el marqués de la Ensenada (partidario de la alianza francesa), José de Carvajal (partidario de la unión con Inglaterra) y el jesuita Francisco Rávago (confesor real).
Su reinado se caracterizó por el mantenimiento de la paz y la neutralidad frente a Francia e Inglaterra, mientras ambas intentaban la alianza con España. Con ello se pretendía reducir el peso de los gastos militares y concentrar las energías sobre el desarrollo interior. El pacifismo del reinado de Fernando VI permitió a sus ministros concentrarse sobre la reconstrucción económica y financiera del país. El proyecto de Ensenada pasaba por la implantación en Castilla de una Única Contribución directa proporcional a las fortunas familiares, medidas en virtud de un catastro que se levantó al efecto; las dificultades y resistencias que suscitó aquella operación, sin embargo, hicieron que no pudiera ser aplicada hasta el reinado de Carlos III.
Fernando VI siguió en la línea de fomento de la cultura iniciada por sus antecesores, con medidas que posibilitaron la penetración de la Ilustración. Como monarca ilustrado, protegió las ciencias y las artes (especialmente la música). También fundó la Academia de San Fernando de Bellas Artes en 1752.
La política americana era muy productiva en sus aportaciones al tesoro del reino. El esquema de neutralidad española se completó, respecto a Portugal, con la firma de un tratado por el que se fijaban los límites de los dominios de ambos países en América.
Las relaciones con la Santa Sede, enturbiadas por la cuestión de las regalías (prerrogativas reales en asuntos de competencia eclesiástica)
El último año de su vida, y a consecuencia de la muerte de Carvajal, de la reina y el destierro de Ensenada sumieron al rey en la locura, siendo recluido en Villaviciosa de Odón, Madrid. Con una España sin rey y una administración paralizada, la monarquía siguió funcionando hasta que llegó de Nápoles su hermanastro Carlos para hacerse cargo del trono una vez que falleció FernandoVI, sin descendientes, el 10 de agosto de 1759, con cuarenta y cinco años de edad y trece de reinado.
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