lunes, 20 de enero de 2014

LECTURA SOBRE CARLOS I.

Carlos I de España y V de Alemania nació el 24 de febrero de 1500 en Gante.


Era español por su madre Juana de Castilla y por sus abuelos Fernando e Isabel, los Reyes Católicos; alemán, por su abuelo paterno el emperador Maximiliano; borgoñón por su padre Felipe I el Hermoso y por su abuela María de Borgoña, esposa de Maximiliano I.

De su educación se encargaron Margarita de Austria, su tía, y el cardenal Adriano de Utrech, quien en un futuro sería el Papa Adriano VI.

Cuando murió su padre, en 1506, recibió Holanda, Luxemburgo, Artois y el Franco Condado a lo que se añadiría Aragón, Navarra, Castilla, Nápoles, Sicilia, Cerdeña, y los territorios ya conquistados en América que heredó a la muerte de su abuelo materno Fernando el Católico, en 1516. Además, en 1519, por parte de su abuelo paterno Maximiliano I obtuvo los territorios austríacos de los Habsburgo y fue elegido emperador de Alemania.

Así, Carlos fue rey de España de 1516 a 1556 y emperador de Alemania de 1519 a 1556.

Sus territorios eran tan extensos que decidió imponer un Imperio Católico universal. Para ello, organizó enfrentamientos contra los que se oponían a su hegemonía.

En España no fue bien aceptado en un principio. Llegó a la península en 1517. En seguida se le tildó de extranjero, ya que se había criado fuera y además iba acompañado de una corte de nobles extranjeros. Su política estuvo poco dirigida hacia el bienestar de los territorios peninsulares. Además estuvo ausente del país durante largos periodos de tiempo.

Subió enormemente los impuestos, lo que provocó el levantamiento de las Comunidades en Castilla, protagonizado por la pequeña aristocracia y burguesía de las ciudades. Estas insurrecciones tuvieron que ser aplastadas militarmente. Para intentar calmar los ánimos, decidió permanecer un tiempo en el país y también contraer matrimonio con su prima Isabel de Portugal, tal y como le aconsejaban las cortes castellanas.

En Europa tuvo que enfrentarse contra los turcos que avanzaban hacia Austria. Al mismo tiempo, Barbarroja se enfrentaba a la flota marítima en el Mediterráneo. 

También tuvo que enfrentarse en cuatro ocasiones con Francisco I, rey de Francia, debido a problemas territoriales. La mayor parte de las potencias europeas e incluso el papado apoyaron a Francia por temor al creciente poder del emperador.

Otro conflicto fue el problema religiosa alemán. En un principio mostró una actitud conciliadora, que fracasó por el radicalismo de los príncipes protestantes alemanes. El final del reinado del emperador estuvo impregnado por los problemas germánicos. Se enfrentó, venciéndolos, a los príncipes alemanes en Mühlberg en 1547, pero el desastre de Innsbruck en 1552 le obligó a negociar la Paz de Augsburgo en 1555, que reconocía la libertad religiosa en Alemania y significaba la renuncia del emperador a su ideal de la unidad religiosa del imperio.

Con Carlos, España conoció durante su reinado una etapa de máxima prosperidad económica; la colonización y conquista de América abrieron muchos mercados y la llegada de metales preciosos sirvió de impulso a todas las actividades económicas facilitando también las campañas bélicas del emperador, pero el alza constante de precios y la política imperialista, antieconómica, terminaron por arruinar las actividades económicas de Castilla y germinar una decadencia que se dejaría sentir a fines del siglo XVI.

Las continuas amenazas y la mala situación financiera hicieron que el emperador abdicara en Bruselas el 25 de octubre de 1555, dejando el imperio alemán y las propiedades de los Austrias en Alemania a su hermano Fernando. Al año siguiente cedería a su Felipe II, España y sus colonias, Italia y los Países Bajos. Después se retiró al monasterio de Yuste en Extremadura, donde murió el 21 de septiembre de 1558.


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